Para que el equipo de tres niños y su maestro puedan ir al RoboCup Brasil, 2014, necesitan en conjunto, un promedio de 120 mil pesos. Tienen escasos ocho días para juntar esa cantidad.

Julio Rafael Sandria Sánchez, de doce años, Gerson David Hernández Gutiérrez, de doce años, y Oscar Imanol Sandria Alfaro, de trece años, junto con su maSatro Julio Sandria, programaron robots que juegan fútbol.

No obstante, quizás sólo dos de ese equipo de cuatro, puedan, endeudando su tarjeta de crédito, costear su viaje a Brasil.

“Ahorita me siento un poco triste porque quizás yo no pueda ir a Brasil por falta de recursos…Yo lo que le pediría a las autoridades es que nos apoyen para demostrar que en México hay talento y podemos hacer muchas cosas”, expresó Gerson.

Rafael y Gerson estudian en la Primaria Constituyentes de 1917 de Xalapa. Imanol estudia en el estado de México.

Los tres niños han realizado dos cursos de verano con su maestro –y padre de uno de ellos-, el ingeniero Julio Sandria.

En abril de este año participaron en el torneo nacional. Pasaron a octavos, luego a cuartos de final y luego a la final. Ganaron. Tres niños de 12 y 13 años con su maestro, quienes se nombraron “Galácticos Robotsa” lograron lo que una selección mexicana de futbol no ha podido.

La diferencia es que mientras los profesionales de futbol cobran cientos de miles de pesos, las familias de estos niños no pueden, más que endeudándose, costear el viaje a Brasil, al torneo internacional RoboCup.

Al terminar el mundial de futbol, iniciará el torneo RoboCup. Esta vez serán los robots los que metan goles. Participarán los equipos seleccionados de diversos países, entre ellos México, aunque el gobierno mexicano no apoya, a diferencia de otros países, a los talentos infantiles.

Falta apoyo para la ciencia, para los niños, para el talento:

A pesar de que la fuga de cerebros es uno de los temas más criticados en el país, porque los niños y jóvenes talentosos buscan irse de México para tener las oportunidades que aquí no tienen, el apoyo para la ciencia, para el desarrollo, es muy pobre.

“Desde hace casi dos meses hemos estado tocando puertas, pidiendo a poyo a diferentes instancias de gobierno y a empresas para que nos den patrocinio, pero no hemos tenido éxito. En mi caso hemos tenido apoyo de familiares y amigos y pues tuve que endeudarme con la tarjeta de crédito para poder pagar el viaje a Brasil, pero en el caso de otro de los niños, quizás no pueda viajar”, expresó el maestro Julio Sandria, quien ha sido catedrático a nivel universitario en el área programación y robótica.

El profesor y asesor de los Galácticos Robotsa, lamentó que en el estado y el país no haya apoyo para que los niños desarrollen el talento que tienen.

“Obviamente el apoyo económico es muy importante, si no les proporcionamos las herramientas para trabajar, en este caso con robots, nunca vamos a saber qué tan talentosos son nuestros niños… De parte de nuestras autoridades falta apoyo para los niños, para que sigan desarrollando sus capacidades, para que un día tengan carreras profesionales que además contribuyan a la mejora del país”.

Para demostrar que México sí puede:

Aunque aún no saben “qué quieren ser de grandes”, su inspiración es la robótica. Sin embargo, y a su corta edad, ya piensan que quizás sea bueno salir de México un día, “para conocer otros lugares y tener otras oportunidades”.

Pero por ahora, y pese a su logro, su sueño se ir a Brasil al torneo internacional de robótica, podría verse truncado al menos para uno de ellos.

Samuel Hernández, el papá de Gerson, es pastor de la Iglesia Evangélica, por ello, relata, no hay un salario fijo en su familia, y quizás su hijo no pueda viajar.

“No me es posible costear un viaje de este tipo… Mi hijo ha sido un buen hijo y un buen estudiante, es un alumno de diez… Mi petición a las autoridades sería que apoyen a los niños, el desarrollo de la ciencia”.

Mientras tanto, Gerson tiene la esperanza de que en estos ocho días, las autoridades y empresarios los puedan apoyar para que todo el equipo pueda ir a Brasil, “a buscar un buen lugar para México”.

A Gerson le gustaría tener una beca y apoyo para poder seguir desarrollando varios tipos de robots que puedan también ayudar a la gente.

“Yo les pediría que me ayuden en lo económico para poder ir y pues demostrar que México sí puede”.

Rafael también quiso enviar un mensaje a los niños: “que se esfuercen y luchen por sus sueños y sí lo logren… A quienes nos lean les pediría que intenten ayudar para que se pueda demostrar que México puede obtener un buen lugar en varias cosas”.

Los niños, sus familias y maestro, esperan que en estos ocho días, autoridades y empresarios puedan patrocinar el viaje del equipo que no sólo representará a Veracruz, sino a México en el torneo internacional de robots en Brasil, a partir del próximo 19 de julio.